Mientras la mayoría de los intendentes de los municipios bonaerenses lleva adelante un plan de exenciones de tasas producto de la cuarentena, que se desprende de la pandemia, y que afecta directamente el bolsillo de los vecinos, el jefe municipal de Tandil, Miguel Ángel Lunghi, respaldó la ordenanza impositiva fiscal aprobada en diciembre junto al Presupuesto y que implica un último incremento del 10% para las tasas de julio.
El último tramo del incremento se suma a una suba del 37% que se dio en el primer trimestre del año y a otro del 13% que el alcalde de Juntos por el Cambio también avaló para abril, ya durante la pandemia.
Por esta razón, el Frente de Todos presentó ayer un proyecto de ordenanza con el fin de suspender el ajuste de las tasas. Sin embargo, el oficialismo tiene mayoría y cuenta con el visto bueno del bloque del abogado mediático y concejal local Mauricio D’Alessandro.
“Nos parece increíble que el intendente haga como que no pasa nada y siga adelante con el aumento”, asegura, en diálogo con este diario, el presidente del bloque del Frente de Todos en el HCD local, Rogelio Iparraguirre. Y agrega que es un planteo de sentido común. Pese a que en diciembre tampoco acompañamos este aumento, nadie preveía esta pandemia. Y un incremento del 23 por ciento en medio de la pandemia tiene un impacto muy fuerte en el vecino de a pie”.
Pese a que, en la actualidad, Tandil se encuentra en Fase 5 con varias actividades habilitadas, la ciudad serrana se encuentra muy afectada por la situación que atraviesa el turismo, que mueve el 22 por ciento del producto bruto interno. Para colmo, el 85 por ciento de las personas que viajan con asiduidad al municipio provienen del AMBA por lo que el panorama no es alentador.
Bajo este marco, la oposición planteó la exención de las tasas para todos los sectores que no pudieron reabrir como gimnasios, canchas de fútbol o peloteros. Pero lejos de obtener una respuesta positiva, el intendente continúa firme con el aumento de tasas.
Rebelión local
En las últimas semanas, el nombre de Lunghi tomó fuerza provincial debido a dos acciones de rebeldía que llegaron a oídos del ejecutivo provincial y que provocaron diversas respuestas. La última se dio esta semana, cuando el intendente encabezó un rechazo, al que se fueron sumando otros alcaldes, a un convenio por el cual la Provincia busca tener el aval de los distritos cercanos al AMBA para que, en caso de tener un desborde de infectados de Covid-19, trasladar a aquellos pacientes leves o asintomáticos a algunos de los predios extrahospitalarios que las localidades armaron para esta contingencia.
Lunghi elevó la voz y se mostró en contra de una iniciativa que ni siquiera lo incluía. “Nadie va a mandar un paciente con Covid-19 del AMBA a Tandil. El intendente lo supo desde el primer momento pero generó horas de angustia a nivel local y alegó que la Provincia le pidió las camas, algo que no sucedió”, dice Iparraguirre.
Fue la segunda vez durante la cuarentena que Lunghi provoca un ruido político en la Provincia. A principios de junio aseguró que abriría las actividades más allá de lo que, al fin y al cabo, Nación decretó 72 horas después. Al respecto, el concejal opositor es contundente: “Se adelantó como un chico para cantar pri. Lo cierto es que nada de esto le suma a los tandilenses”