Fue desde el mismo municipio de Dolores donde trascendió que una empleada de esa repartición había contraído leptospirosis mientras se desempeñaba en el Parque Termal. Al igual que con el escándalo del Howard Johonson, la intendencia de Camilo Etchevarren hace lo imposible para tapar el sol con la mano pero, no es posible.
Y si bien el hecho data de octubre pasado desde la ciudad de La Plata se confirmó que la trabajadora está enferma y se consignó en un certificado que la labor es “de riesgo”.
Desde el diario local Compromiso remarcaron con certeza que brilló por su ausencia la comisión de funcionarios municipales de denunciar el caso pese que a tener conocimiento del mismo, poniendo así en riesgo la salud de quienes por trabajo o turismo concurren al lugar.
Es que tras analizarse las condiciones de vida, vivienda y trabajo se concluye que en este último se enfermó porque la bacteria que produce la enfermedad no se halla presente en zonas urbanas.
“La información a la que pudimos acceder señaló que la paciente había sido internada en el Sanatorio “IPENSA” en los últimos días de octubre, que su cuadro era gravísimo, habiéndosele diagnosticado horas después que estaba afectada de leptospirosis, que afortunadamente el tratamiento había logrado el objetivo de salvar su vida aunque la enfermedad lamentablemente le habría traído serias complicaciones”, abundaron desde el matutino.
Por estas horas la mujer estaría internada en un instituto de la ciudad de La Plata a fin de que se le realicen estudios para verificar qué órganos estarían afectados por la enfermedad además de la visión, ya que en este caso el contagio habría acelerado el proceso de “retinosis pigmentaria” que la afectaba, provocándole “ceguera nocturna” por pérdida de visión bilateral –sin solución. Y hace años, padece síntomas de debilidad del sistema inmune a punto tal que un médico dolorense había recomendado su traslado.
Por si faltara algo más en esta escena de Pilatos fue el médico terapeuta de la mujer fue quien decidió internarla y contactarla con un experto en infectología. En resumidas cuentas, su psicólogo le salvó la vida.
La leptospirosis es una enfermedad producida por una bacteria, la “leptospira”, que puede estar presente en la orina de ciertos animales, como por ejemplo roedores. Su transmisión se produce por contacto directo con la orina del animal infectado, con agua y/o ambientes contaminados, pudiendo esa bacteria penetrar en el cuerpo del humano a través de lesiones en la piel, mucosas de ojos, nariz y boca, dañando entre otros órganos al hígado y los riñones.
Se manifiesta en principio como un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general, adquiriendo en una segunda fase su mayor gravedad, a tal punto que puede resultar mortal.
Las recomendaciones sanitarias indican que se puede prevenir la enfermedad combatiendo los roedores -principal agente de contagio-, manteniendo los terrenos libres de basura, escombros y todo lo que pueda servirles de refugio. La leptospirosis es una enfermedad que está dentro de las de “categoría transmisible” por lo que es de “notificación obligatoria (ENO)”. Esta notificación se realiza ante la sola sospecha clínica.