I R M (las iniciales del fallecido son para preservar la identidad del menor) falleció en plena operación. Tenía 36 años, residía en General Madariaga y recibió un disparo de carabina calibre 22 cuando su hijo de 4 años accionó el arma de manera accidental.
El arma, que estaba cargada y pertenecía a su tío, fue tomada por el menor que disparó contra la cadera de su padre causando una lesión vascular en una arteria y una vena, una herida mortal.
Intervino inicialmente el fiscal Juan Pablo Calderón, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada 4 de Pinamar, pero la causa fue derivada luego a la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil 2 del Departamento Judicial de Dolores, a cargo de Mónica Ferré.
En un primer momento la fiscal tomó declaración testimonial al hermano, a la cuñada y a la esposa de la víctima y ordenó que a los tres les realizaran las pruebas necesarias para determinar si alguno de ellos había activado un arma de fuego. La misma prueba fue realizada con el menor, luego de que los tres testigos señalaran que él había manipulado la carabina. La causa fue caratulada como “homicidio culposo”, pero Ferré no dispuso ninguna imputación y se aguardaba que le practiquen la autopsia al cuerpo de la víctima.